Los terrarios son una especie de pequeños invernaderos que reproducen en su interior un clima determinado, que principalmente suele ser el tropical pero puede ser cualquiera que contemple las condiciones ambientales para que plantas y animales puedan desarrollarse en él, como la humedad alta y la temperatura cálida y constante.
Hay diversos elementos o recipientes que podemos utilizar como
terrarios, entre los que se encuentran por ejemplo acuarios y peceras (que deben
llevar su correspondiente tapa), urnas de cristal o de plástico, campanas de
cristal colocadas encima de macetas con plantas o tarros de cristal con boca
ancha, de esos que se utilizan para la cocina.
De todas formas, también podemos encontrar terrarios especialmente
construidos para este fin. Referente a los materiales, siempre es mejor elegir
cristal que plástico; dentro del terrario podemos recrear diversos paisajes
en miniatura, que incluyen elementos como agua, insectos o animales pequeños,
caracolas, pequeñas construcciones, troncos, maleza…
Aparte de los terrarios que se venden en las tiendas de animales
y que ya están debidamente preparados para albergar todo esto, también podemos
construir nuestro propio terrario con una pecera o acuario, por ejemplo; sólo
tenemos que conseguir los elementos necesarios y seguir una serie de consejos,
por lo que nos saldrá mucho más económico.
En primer lugar, podemos empezar por utilizar algún acuario
de calidad que tengamos por casa, instalándole un ventilador de baja potencia
para evitar que salga moho. La luz del terrario puede conseguirse con una lámpara
especial para plantas, y el fondo debe rellenarse con arena, grava y sustrato.
Para evitar cualquier tipo de encharcamientos y pudriciones, conviene colocar
carbón vegetal también, porque el drenaje es inexistente.
En cuanto a las plantas, no todas las especies son adecuadas
para este tipo de recipientes; las ideales tienen que ser de pequeño tamaño,
y que se adapten bien a una temperatura y humedad altas. Podemos colocarlas
dentro del terrario plantadas en pequeñas macetas o bien transplantarlas directamente
en la tierra dentro del mismo. Las especies más recomendadas son los helechos,
orquídeas, begonias, cactus, ficus, hiedra… Para un correcto mantenimiento,
hay que colocar el terrario en una zona de la casa donde dé mucha luz, pero
nunca dejar que esté en contacto directo con los rayos del sol.
Es necesario abrir la tapa con cierta frecuencia para ventilar,
siendo normal que por las mañanas aparezcan los cristales empañados por la humedad.
Conviene tener un termómetro incorporado al terrario, que indique en todo momento
la humedad y temperatura exacta, para que permanezcan constantes. Una forma
de lograr el nivel óptimo de humedad es pulverizar el terrario de vez en cuando
con agua, preferiblemente orientando la pulverización hacia los cristales, no
hacia las plantas.
En general, las necesidades de riego serán escasas debido al
ambiente cerrado, por lo que sólo se hará muy de vez en cuando para no ahogar
a las plantas ni encharcar el subsuelo. Ante todo, debemos informarnos lo más
extensamente posible sobre el hábitat de las especies vegetales y animales que
vamos a acoger en el terrario.