Cuando tomamos la decisión de comprar un cachorro de perro, hemos de tener en cuenta ante todo que no se trata de un juguete, sino que es un ser vivo al que vamos a tener que dedicarle tiempo y cuidados, y no podemos cansarnos de él y abandonarlo cuando ya no nos resulte gracioso.
Por tanto, no basta con quererlo y alimentarlo, sino que también
hay que saber cómo educarlo; por eso, es importante conocer el comportamiento
canino general y específico de la raza que hayamos escogido, para poder darle
un adiestramiento acorde a su naturaleza.
Si se baraja la posibilidad de regalar un cachorro, lo más
importante es tener en cuenta de que no se trata de un objeto decorativo, sino
que hay que estar completamente convencido de que la persona que lo reciba lo
va a cuidar debidamente durante toda la vida del animal. Por eso, y sabiendo
que la vida de un perro depende en gran medida de la raza del mismo, podremos
elegir en función también de la edad del dueño. Así, las razas pequeñas suelen
vivir alrededor de veinte años, mientras que los grandes no suelen superar los
doce. T
ambién es necesario contar con tamaño de casa adecuado para
criarlo, ya que los perros necesitan un espacio mínimo vital para desarrollarse
adecuadamente. Por tanto, si se vive en un piso pequeño, lo mejor es elegir
una raza reducida, mientras que si la vivienda es una casa grande, podremos
optar a una de más tamaño. Normalmente, cuando se adquiere un cachorro su tamaño
es todavía mínimo, por lo que habría que informarse de la evolución del mismo
cuando sea adulto, para saber si podremos hacernos cargo de él cuando sea grande.
El tema del tiempo y dinero que podemos dedicarle al perro
es otra cuestión vital; tener un animal en casa requiere de dedicación hacia
el mismo, y un cachorro aún demanda más cuidados, por ser bastante indefenso
y dependiente. Hay que pasearlos mínimo tres veces al día y darles de comer
adecuadamente.
El dinero del que dispongamos también tendrá que ver en cierta
manera en la elección del perro, pues en función de las necesidades de cada
uno será necesario comprarle determinados utensilios y accesorios: comedero,
bebedero, collar, bozal, chip de identificación, juguetes, pienso…
En cuanto a los gastos imprevistos, cada perro tendrá unas
características que determinarán las mismas, como su mantenimiento a nivel estético,
urgencias médicas o entrenamiento, y esto debe preverse con anterioridad.
Por último, el carácter de cada raza también debe primar a
la hora de hacernos con un cachorro, para encaje adecuadamente en el ambiente
donde queramos introducirlo.
A veces, la mala elección en este sentido puede ocasionar problemas
de adaptación, comportamiento e incluso llegar a ser peligroso. Hay razas más
tranquilas que son adecuadas para las personas de avanzada edad, mientras que
otras se dedican a la caza o la persecución y son más peligrosos. Por tanto,
hay que tener en cuenta la compatibilidad que pueda haber entre el animal y
los otros miembros de la casa, como niños u otras mascotas. A
lgunos son más interactivos y necesitan más atención y movimiento,
como los golden retriever, mientras que otros son de naturaleza tranquila y
pasiva, y preferirán descansar antes que dar largos paseos con sus amos.