Es tu amigo más fiel, tu compañero, casi tu hijo. Y por ello necesitas saber qué te está diciendo y qué espera él de ti en cada momento. Sí, sabemos que para las personas que cuentan con un perro como miembro de la familia, no existen secretos con su animal. Nos entendemos con nuestro perro mejor que con muchas personas de nuestro alrededor.
Sin embargo, si te queda esa espinita clavada de “si es que sólo le falta hablar”, sepan que no es así. Los perros, como el resto de animales, sí que saben hablar. Y vaya si lo hacen bien. Sólo que él te habla de un modo diferente. Lo hace con el lenguaje corporal.
Si quieres quedarte tranquilo de saber con seguridad lo que quiere, atiende estos consejos que te damos para que seas un experto interpretando el lenguaje corporal de tu perro.
Cómo te habla tu perro
Aunque la mayoría de las veces sabemos que a un perro le pasa algo porque comienza a ladrar, lo cierto es que podríamos haber evitado esos ladridos, en ocasiones molestos, si hubiéramos sabido entenderle a tiempo. Cuando un perro ladra, algo quiere o algo le pasa. Pero él también te habla con su postura.
Cuando un perro menea la cola de un lado a otro, nos indica que está muy contento. ¡Quiero jugar! Es el comportamiento que más nos gusta a los amantes de animales. El perrito te lo dice moviendo la cola, con las orejas levantadas o hacia delante, ojos muy abiertos y algún gemido o ladrido para que te des por enterado. Si te enseña el abdomen, es que encima, ¡te adora! y quiere cariño.
Además de la cola, los perros delatan su estado de ánimo con las orejas. Las orejas erectas significan que está muy pendientes de algo que llama su atención. Si por el contrario, las mantiene recogidas hacia atrás puede ser porque esté a gusto y relajado, tranquilo, o porque tenga miedo.
Gestos de miedo o agresividad
Aparte del gesto de alegría, existe otro movimiento de cola que nos indica que el perro está enfadado. Es cuando el animal mece la cola erguida y lentamente, en línea con la espalda. Ten cuidado aquí.
Sabrás si un perro tiene miedo porque las orejas se muestran hacia atrás, la cola entre las patas, la cabeza agachada y los ojos entrecerrados. Su cuerpo estará encorvado y además emitirá gemidos y gruñidos.
Mirada fija, cola levantada y enseñar los dientes son síntomas de enfado y agresividad. Cuidado, ¡puede atacar!