Consejos para prevenir los golpes de calor en los perros

Detalles que deberíamos saber sobre el golpe de calor en los perros

En primer lugar, deberíamos saber que a pesar de que el verano es la época más propensa para que los perros sufran un golpe de calor, no sólo las altas temperaturas son las causantes de este malestar. En cualquier época del año nuestra mascota puede sufrir un golpe de calor a causa de un sobre-esfuerzo físico o a falta de una adecuada ventilación.

Los perros suelen tener una temperatura corporal que oscila entre los 38ºC y los 39ªC, por lo que el calor les afecta mucho más rápido que a nosotros, alcanzando temperaturas superiores a 40ºC con facilidad. Además, cabe tener en cuenta que su mecanismo para enfrentar el calor es menos eficaz que el nuestro, ya que sólo liberan el calor del cuerpo a través de la sudoración en las almohadillas de las patas y a través del jadeo.

¿Cómo prevenir un golpe de calor?

Una vez ya sabemos cómo de propensos son los perros a los golpes de calor, os dejamos algunos consejos para prevenirlos:

  • En primer lugar, nunca hay que dejar al perro solo dentro de un coche, ya que la mayoría de los golpes de calor ocurren ahí. A pesar de que se dejen las ventanas abiertas y el coche a la sombra, el vehículo puede alcanzar temperaturas muy altas en pocos minutos, por lo que el perro sufrirá un ascenso de temperatura que podría no ser capaz de refrigerar.

  • Hay que intentar que el perro tenga a su disposición agua fresca y limpia todo el día, ya que si pierde más de el 12% de agua de su cuerpo puede sufrir grandes problemas de salud.

  • Procurar que durante el día esté a la sombra, ya sea en casa o cuando salga a pasear.

  • No sacarlo a pasear o hacer ejercicio durante las horas de más calor, ya que además de las altas temperaturas, el asfalto puede estar muy caliente y causarle quemaduras en las almohadillas. En esta misma línea, cuando salga a pasear intenta ir por la sombra y también llevar siempre agua, ya sea para que beba o para refrescar su cuerpo.

  • Procurar que dentro de casa haya una temperatura adecuada, poniendo el aire acondicionado o el ventilador.

  • Intentar que el perro tenga una zona habilitada para mojarse o algún objeto para refrescarse, ya sea una piscina pequeña para niños, un aspersor, una toalla húmeda, una almohadilla de enfriamiento u otros objetos.

  • Recortar el pelaje si es largo, sin dejarlo muy corto, ya que no tendría protección contra el calor y las quemaduras.

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