Muchas veces sucede que, por imprudencia o desconocimiento, nos acercamos a un perro con toda la buena intención del mundo y, de repente, horror, el perro se lanza sobre nosotros y nos muerde. La primera premisa cuando te enfrentes a un animal especialmente si se trata de un perro es la prudencia.
Un perro puede ser un buenón, y sin embargo mordernos en un momento dado. Ten claro que los perros cuando muerden lo hacen, en la mayoría de los casos, porque tienen un motivo, ya sea que sienten miedo, o que tratan de defenderse, o porque está jugando y no midió bien su fuerza. En muy raras ocasiones un perro muerde simplemente por placer. Te ofrecemos algunas nociones a tener en cuenta para prevenir las mordidas de tu perro.
Prudencia, calma y educación
Ya sea tu perro o el de un amigo o desconocido, evita los movimientos y actitudes bruscas delante del animal. Recuerda que, cada animal tiene su carácter, los habrá que te persigan implorando caricias, y otros que no se sientan cómodos con que les estés tocando todo el día. Por eso, antes de acercarte conoce su carácter.
El tema de las mordeduras es como todo, un perro deberá ser educado desde cachorro para saber lo que está bien y lo que está mal. Un cachorrito querrá morder todo, pues está explorando el mundo, y los animales entre ellos juegan y se comunican mordisqueando con la boca. Para ellos morder es un ejercicio natural, y los primeros meses tendrás que convivir con ellos, nunca les pegues ni les golpees por morderte, máxime si son bebés, edúcales. Cuando te haga daño repréndele ignorándole para que sepa que tiene que controlar su fuerza y que ese “besito” te ha hecho daño.
Respeta al animal y supervísalo si un niño se acerca
Nunca molestes a tu perro cuando esté comiendo o durmiendo. A ti tampoco te gustaría que lo hicieran contigo, ¿verdad que no? El alimento es sagrado, y el sueño un momento de relax del que se puede tener un mal despertar. Educa también a tus hijos para que respeten al perro y no le molesten.
Y, por supuesto, nunca dejes a un bebé o a un niño pequeño solo con el animal, ya que no controlas las reacciones de ninguno de los dos. El animal conserva su naturaleza salvaje, mientras que a los niños, como recordaremos por nosotros mismos, les gusta explorar el mundo de los animales y usan al perro como si fuera un juguete. Si un niño irrespeta al perro y lo provoca, por muy pequeño que sea, el perro querrá defenderse.
Si no logras dominar a tu perro, te será útil asistir a un adiestrador que os oriente en el comportamiento del animal.
Por precaución ante las mordeduras, mánten a tu perro controlado sanitariamente y al día en todas sus vacunas.